Dučmelić nació en 1923 en Vinkovci (hoy Croacia) donde terminó los estudios secundarios. Cursó estudios en Zagreb y entre 1946-48 en Roma y perfeccionándose en la Academia de San Fernando de Madrid.
Emigró a la Argentina en 1949 radicándose en Mendoza donde tuvo exposiciones en las galerías porteñas van Riel y Wildenstein.1 En Mendoza realizó, durante casi treinta años de estadía, la mayor parte de su obra artística. Enseñó en la Universidad Nacional de Cuyo y ejerció la dirección de su escuela de arte entre 1963 y 1966 donde fue homenajeado con el título de Profesor Honorario por la Universidad Nacional de Cuyo. En 1981 fue invitado por la Universidad de San Marcos de Lima y en 1982 ganó el "Premio Adquisición Gobierno de Santa Fe" del LIX Salón Anual de Santa Fe".
Ilustró "Once rostros y un poema" de Alberto Girri y "Laberintos" de Jorge Luis Borges (Ed. De Arte Gaglianone, Bs. As., 1983). Era muy admirado por el escritor. Su trayectoria tiene etapas que brillantemente definió Adolfo Ruiz Díaz en un ensayo consagratorio. Pero lo que recordamos al evocarlo -sin olvidar sus cuadros abstractos, su recurso al 'collage' y sus esculturas- es la serie de los paisajes imaginarios y la particular concepción de la figura humana. Tenues veladuras, sobriedad cromática, atmósfera enrarecida, sugestión metafísica, arcaísmo, elegancia, misterio y perfección técnica son datos constitutivos de una pintura que, como ninguna, pudo parangonar el aspecto más fantástico de la literatura de Borges. Frente a algunos de sus cuadros se tiene la sensación de que el lugar domina al ser humano con su extensión y quietud, acaso lo que sintió en la geografía americana. En otros, el hombre es una perfecta continuidad del paisaje y lo humaniza con creaciones de la inteligencia -Ruiz Díaz designa a esta pintura con el calificativo de cósmica-, siempre bajo ese velo de misterio, de incógnita a develar, de extrañeza y al mismo tiempo dentro de una poderosa belleza plástica.